Atahualpa Mehrer - El poder de viajar y experimentar nuevos lugares
Atahualpa Mehrer
Viajar puede ser una verdadera experiencia que puede, en algunos casos, llegar a cambiarnos la vida, así como proporcionarnos la oportunidad de explorar diferentes culturas y entornos que de otra manera podrían llegar a ser parcialmente olvidados e incluso desaparecer. Lanzamos una pregunta antes de continuar. ¿Podríamos disfrutar más del viaje practicando la atencion plena?
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No se puede negar que antes, durante y después de tus viajes experimentarás muchas emociones diferentes ya que, ¡viajar es algo inherentemente emocional! Los viajeros pueden sentir una gran cantidad de emociones antes de la primera experiencia de viaje, y tal vez después de todas las demás, como: emoción, temor, comodidad, alegría, curiosidad o cualquier combinación de ellas. Viajar nos ayuda a sentirnos mejor porque estamos más dispuestos a recibir las muchas lecciones del mundo, sin importar su forma o tamaño. Nos ayuda a reconocer nuestra humanidad compartida con otros y disipa el miedo o los malentendidos. Después de todo, es mucho más divertido amar el mundo que tenerle miedo. En los viajes, no solo encontramos lo mejor de nosotros mismos, sino que solemos ver lo mejor de los demás. Nos convertimos en la persona en la que esperábamos convertirnos de niños: un explorador, abierto a conocer gente nueva y a aprender cosas nuevas. Y tal vez, sólo tal vez, alguien que es lo suficientemente valiente para ¡comer escorpiones en un palo!
El mundo es demasiado grande y hermoso para vivir la vida en un solo lugar. Anímate a viajar, a conocer nuevos lugares, a salir de tu zona de comfort y a perseguir todos sus sueños. Viajar no es sólo un compromiso financiero sino también emocional; una vez que decides embarcarte en ese viaje, posiblemente, "una vez que te pica el bicho de los viajes no hay antídoto conocido, y sé que estaría felizmente infectado hasta el final de mis días".
Atahualpa Mehrer
Viajar nos enseña a ser flexibles y pacientes
¿Has tomado alguna vez un vuelo de bajo coste? Si has respondido que sí entonces eres de las personas que conocen perfectamente el significado de la palabra "paciencia" y el concepto "flexibilidad". El simple hecho de ir de un lugar a otro puede ser un obstáculo aparentemente insuperable, con retrasos en los vuelos, pérdida de equipaje, bajarse en la parada de tren o metro equivocada, conductores de autobús o taxistas en huelga y un sinfín de cosas que pueden ocurrir cuando nos vamos de viaje. Seamos honestos ... conocer un nuevo destino en otro país no es siempre la experiencia perfecta que Instagram o Youtube nos quiere hacer creer. ¡Hay un montón de cosas que pueden salir de manera diferente a como las hemos planeado o imaginado! Pero cuando viajamos somos más flexibles y pacientes ya que entendemos, eso es algo que aprendemos al viajar, que cuando las cosas no salen como las habíamos planeado (como aquella vez que te intoxicaste con comida exótica, cuando probablemente deberías haberte saltado la carne de tiburón fermentada que tan ideal te pareció en ese momento), tenemos que seguir adelante y hacer un nuevo plan, sin dejar que afecte (... mucho) a nuestro viaje. ¿Y sabes qué sacamos de estas situaciones? Cuando salimos de estas situaciones adversas, sacamos un sentimiento de satisfacción por cómo hemos afrontado la situación adversa y nos sentimos más realizados como personas. Y además, ¡seguro que estas locas historias y anécdotas terminarán siendo una de nuestras mejores historias, historias que llevaremos siempre en nuestra memoria con mucho cariño!
Viajar nos ayuda a ser más sociables
Si partimos de la base que, incluso cuando viajamos en solitario, el acto de viajar requiere, en gran parte, un esfuerzo social, podemos concluir que cuando viajamos estamos mejorando nuestras habilidades sociales. Piénsalo desde esta perspectiva. Cuando viajamos, solemos mantener conversaciones de temas que no habíamos tocado antes, mucho más relajados, con personas que no conocíamos o con personas conocidas de las que podemos llegar a ver un lado hasta ese momento desconocido. ¿Y cuál es el motivo? La principal razón es que cuando viajamos nos dejamos los prejuicios en casa y vamos con una mentalidad abierta que nos permite explorar el mundo con la curiosidad que teníamos cuando erámos pequeños y, sin miedo. ¿Cuántas veces hemos vuelto de un viaje con nuevos amigos o con relaciones más reforzadas?
Viajar puede ser un desafío al que enfrentarnos
Como seres humanos, no está en nuestra naturaleza quedarnos de brazos cruzados y aceptar las cosas como son. Desde hacer el primer fuego, a explorar los bordes del mundo "seguramente llenos de dragones", a poner un hombre en la luna, los seres humanos llevamos miles de años buscando lo que "sigue" fruto de nuestra curiosidad por saber qué hay más allá. Pero, para aquellos de nosotros que no somos astronautas, los viajes son, esencialmente, nuestra forma de llegar a la luna o descubrir un nuevo continente. Aunque nos enfrentamos constantemente a desafiantes (y no siempre las más seguras) aventuras cuando viajamos, el acto de sumergirnos en un entorno nuevo y desconocido pone a prueba nuestros límites y a nosotros mismos. Viajar es la "Verdad o reto" definitiva a nivel físico, emocional y personal, que nos muestra de qué estamos hechos cuando las cosas se ponen difíciles o incómodas, o incluso simplemente diferentes de lo que teníamos planeado o habíamos imaginado. Viajar nos enseña a superar nuestros límites y poder aplicar esa enseñanza en nuestra propia vida.
Viajar nos abre a nuevas experiencias
Desde los días de los primeros exploradores, los que se subieron a los inestables barcos de madera y los empujaron a aguas abiertas, el viaje ha consistido en encontrar un nuevo mundo. Cada vez que nos montamos en un tren, un avión o un barco, nos embarcamos en algo nuevo. Explorar otro país nos introduce en nuevos idiomas, nuevos paisajes y nuevas formas de vida. ¿Probar un escorpión frito como aperitivo? ¿Atravesar la selva tailandesa a lomos de un elefante? ¿Bucear con tiburones en el mar Caribe? ¡Claro, por qué no! Cuando estás en otro país, cada nueva experiencia es emocionante y vale la pena, así que estamos ansiosos por probar más. Pero viajar no sólo nos abre a nuevas experiencias cuando estamos en otro país, nos afecta incluso cuando estamos en casa. Nos damos cuenta de que la aventura es una mentalidad, una que no tenemos que guardar con nuestros preciados recuerdos en un cajón cuando llegamos a casa. Los viajes alteran todo nuestro enfoque de la vida, convirtiéndonos en aventureros.
Viajar nos conecta con el mundo que hay más allá de la puerta de nuestra casa
Aunque al viajar nos encontramos con muchas diferencias culturales, también nos enseña lo similares que somos a las personas que viven por muchos lugares del mundo y lo que podemos llegar a tener en común independiente del color de piel o religión. A pesar de nuestros diversos antecedentes culturales y estilos de vida, viajar nos permite conectarnos con otros y darnos cuenta de que en realidad tenemos mucho más en común, de lo que nuestros antecedentes culturales y estilo de vida nos permite ver diariamente, con ese único amigo que vive en Suecia o con esa familia que hemos conocido en nuestro viaje a la India. Por otro lado, cuando viajamos tomando un tiempo para disfrutar de la familia y los amigos, escuchar música indie pop, bailar los fines de semana y hacer un montón de cosas que de otro modo no haríamos. Una vez que salimos de la burbuja segura y protectora de nuestro hogar, podemos ver claramente que somos como esas personas a cientos de kilómetros de distancia. Todos somos parte de una historia más grande; todos tenemos más cosas que nos unen que nos separan. Es esta comprensión la que acaba con el miedo y los prejuicios, haciendo del mundo un lugar mucho más pequeño, más acogedor y conectado.
Como dijo Aldous Huxley: «Viajar es descubrir que todos están equivocados acerca de otros países».
Viajar es bueno para nuestra salud a todos los niveles
Sacarnos de nuestra zona de confort, enseñarnos a lidiar con nuevos entornos, desafiarnos a dejar nuestros teléfonos y buscar activamente nuevas experiencias, y ayudarnos a desarrollar nuestro sentido del yo, son todas razones por las que viajar es bueno para nuestra salud mental. No importa cuál sea la motivación para reservar tu próximo viaje, porque siempre vas a obtener enormes beneficios tanto mentales como físicos. Crecerás para entenderte mejor a tí mismo al superar los desafíos, y, literalmente, mejorarás tu estado general de salud saliendo al aire libre, caminando kilómetros por nuevas ciudades, haciendo excursiones a las cimas de las montañas, o buceando rodeados de peces de colores en las aguas cristalinas de alguna de las muchas playas paradisíacas que hay por el planeta. ¿A qué esperas para empezar a planear tu próxima aventura?
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