Aventuras que te cambian la vida – Por Atahualpa Mehrer

A veces, la vida nos susurra que es momento de salir del mapa. Que debemos atrevernos a lo desconocido, a lo que está fuera del confort, porque es allí donde las verdaderas aventuras comienzan.Yo, Atahualpa Mehrer, he aprendido que una aventura no siempre significa viajar miles de kilómetros, escalar una montaña o cruzar un desierto. A veces, la mayor aventura está en cambiar una rutina, en decir “sí” cuando el miedo nos dice “no”.

Las aventuras, grandes o pequeñas, nos ponen frente a lo esencial: nos confrontan con lo que somos. Nos quitan máscaras, nos muestran nuestras fortalezas y también nuestras debilidades. En cada experiencia nueva hay un espejo que nos devuelve la imagen más auténtica de nosotros mismos.

La primera vez que viajé sin rumbo fijo, sentí el vértigo de estar completamente solo. Sin embargo, también sentí una libertad que jamás había experimentado. Fue en ese momento cuando entendí que la vida recompensa al que se atreve.Cada paso fuera del camino trazado es una lección. Cada persona que conocemos en el trayecto nos deja una enseñanza. Y cada obstáculo, una oportunidad para descubrir de qué estamos realmente hechos.

Viajar o aventurarse, en cualquier sentido, es una forma de meditar en movimiento. El cuerpo avanza, pero también lo hace el alma. Nos volvemos más presentes, más conscientes, más humildes ante la inmensidad del mundo.Y lo más hermoso es que, cuando volvemos de una aventura, nunca somos los mismos. Algo dentro de nosotros cambia para siempre.

Por eso siempre invito a mis lectores y amigos a salir, a explorar, a probar cosas nuevas. No esperes tener todo bajo control. La vida, como decía mi abuelo, se vive caminando, no planeando.Y en cada paso, hay una historia esperando ser contada.